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El ladrón Rafael llega al bosque con un plan oscuro: apagar las estrellas y así poder desaparecer a los animalitos. Pero por suerte, allí estarán las mariposas blancas para protegerlos. Pañuelitos blancos viene a recuperar la memoria y a contarles a los más “peques” que detrás de toda época negra, como fue la dictadura militar argentina, hay una luz de esperanza. Este libro intenta ser una herramienta para contarles nuestra historia a los niños y niñas de estas nuevas generaciones y es un mimo a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, que tanto lucharon incansablemente y siguen haciéndolo, para encontrar a sus nietos e hijos desaparecidos.
Tengo que huir, tengo que correr velozmente y esconderme.
Me voy así de la banalidad del mundo, me reencuentro con el dolor y no lo sufro.
Lo agarro por la garganta y lo estrangulo. Lo dejo inerte.
Después lo hago llegar hasta mi boca
y lo amaso con mi lengua entre los dientes.
Cuando puedo, lo escupo.
—¡Piedra libre! —le canto.
Y ya no duele.
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El ladrón Rafael llega al bosque con un plan oscuro: apagar las estrellas y así poder desaparecer a los animalitos. Pero por suerte, allí estarán las mariposas blancas para protegerlos. Pañuelitos blancos viene a recuperar la memoria y a contarles a los más “peques” que detrás de toda época negra, como fue la dictadura militar argentina, hay una luz de esperanza. Este libro intenta ser una herramienta para contarles nuestra historia a los niños y niñas de estas nuevas generaciones y es un mimo a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, que tanto lucharon incansablemente y siguen haciéndolo, para encontrar a sus nietos e hijos desaparecidos.
Tengo que huir, tengo que correr velozmente y esconderme.
Me voy así de la banalidad del mundo, me reencuentro con el dolor y no lo sufro.
Lo agarro por la garganta y lo estrangulo. Lo dejo inerte.
Después lo hago llegar hasta mi boca
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Cuando puedo, lo escupo.
—¡Piedra libre! —le canto.
Y ya no duele.