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    En este volumen continúan las historias y se suman nuevos personajes. Gabriela sigue contándonos cómo se organiza AAYUN en cada situación. Ella nos relata los veintiún días de Laura y cómo, a partir de su mejora, las actividades laborales le permiten reconstruir su vida.

    En AAYUN ocurren nuevos desafíos, que nos cuentan cómo siempre se sale airoso cuando estamos todos juntos y todas juntas.

    Nuevas violencias, sobre todo laborales, son descriptas para poder reflexionar al respecto.

    Finalmente, Gabriela recibe una copia impresa de El libro de los silencios.



    —¿Cómo las trataban? —preguntó Beatriz,

    intentando ingresar en la intimidad de Enriqueta.

    —Depende del día, a veces bien y otras, a los gritos.

    Si la señora tenía todo organizado, la tarea era fácil,

    pero si pasaba algo en su matrimonio, en la escuela

    o con los niños, si algo que tenía que suceder

    no pasaba o si llovía cuando debía hacer sol,

    todas y cada una iba a recibir su reto, su grito.

    En más de una oportunidad por nada —dijo,

    con un poco de dolor en la voz.

    El libro de los silencios, Vol III - Paula Mikitiuk

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    En este volumen continúan las historias y se suman nuevos personajes. Gabriela sigue contándonos cómo se organiza AAYUN en cada situación. Ella nos relata los veintiún días de Laura y cómo, a partir de su mejora, las actividades laborales le permiten reconstruir su vida.

    En AAYUN ocurren nuevos desafíos, que nos cuentan cómo siempre se sale airoso cuando estamos todos juntos y todas juntas.

    Nuevas violencias, sobre todo laborales, son descriptas para poder reflexionar al respecto.

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    —¿Cómo las trataban? —preguntó Beatriz,

    intentando ingresar en la intimidad de Enriqueta.

    —Depende del día, a veces bien y otras, a los gritos.

    Si la señora tenía todo organizado, la tarea era fácil,

    pero si pasaba algo en su matrimonio, en la escuela

    o con los niños, si algo que tenía que suceder

    no pasaba o si llovía cuando debía hacer sol,

    todas y cada una iba a recibir su reto, su grito.

    En más de una oportunidad por nada —dijo,

    con un poco de dolor en la voz.

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