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    “Quiero parir sin anestesia y tener un parto natural, como cualquier hembra”, dice una actriz en la tapa de una revista.

    “Fue un parto animal, de treinta y seis horas”, revela una modelo en televisión. Parir como hembra, obedecer como mujer es un ensayo feminista que desconfía de los nuevos discursos sobre parto y maternidad que nombran hembra a la mujer y declaran que la naturaleza sabe, el instinto manda y la biología determina.

    ¿Garantizan una mejora de las condiciones de embarazo y parto? ¿Comprenden la libertad de decisión sobre el propio cuerpo? ¿Desenmascaran el imperativo social de la maternidad impuesto a las mujeres y les dan vía libre para decidir? ¿Promueven un equilibrio en las responsabilidades de madres y padres? ¿Reconocen la diversidad de maternidades, paternidades y modelos de familia?



    La mujer (ya madre, aún no madre o nunca madre, da igual) es, y ha sido, reclusa de la maternidad. La mujer animalizada, la mujer concebida como hembra, no viene a liberarla —como promete— a la naturaleza, más bien convierte la celda en jaula y la confina tras los barrotes del Zoo. 

    ¿Cómo podría una hembra decir que no? 

    Parir como hembra, obedecer como mujer - Martina Renzi

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    “Quiero parir sin anestesia y tener un parto natural, como cualquier hembra”, dice una actriz en la tapa de una revista.

    “Fue un parto animal, de treinta y seis horas”, revela una modelo en televisión. Parir como hembra, obedecer como mujer es un ensayo feminista que desconfía de los nuevos discursos sobre parto y maternidad que nombran hembra a la mujer y declaran que la naturaleza sabe, el instinto manda y la biología determina.

    ¿Garantizan una mejora de las condiciones de embarazo y parto? ¿Comprenden la libertad de decisión sobre el propio cuerpo? ¿Desenmascaran el imperativo social de la maternidad impuesto a las mujeres y les dan vía libre para decidir? ¿Promueven un equilibrio en las responsabilidades de madres y padres? ¿Reconocen la diversidad de maternidades, paternidades y modelos de familia?



    La mujer (ya madre, aún no madre o nunca madre, da igual) es, y ha sido, reclusa de la maternidad. La mujer animalizada, la mujer concebida como hembra, no viene a liberarla —como promete— a la naturaleza, más bien convierte la celda en jaula y la confina tras los barrotes del Zoo. 

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